En este proceso los acreedores evitan iniciar procesos judiciales puesto que no hay posibilidad de recobro.
Es la mejor opción para ahorrar tiempo y costes innecesarios, ya que no haría falta el nombramiento de un Administrador Concursal, ni entrar en la fase de calificación. En el mismo Auto se procedería a la apertura y cierre del concurso y, en caso de sociedades, se acordará su extinción y cancelación de la inscripción en los Registros Públicos que correspondan.
Además, es un procedimiento que facilita y agiliza que el empresario pueda volver a emprender y que te permite proteger tu patrimonio personal y familiar al cerrar una empresa o negocio.
Si no se cumplen los requisitos para optar a un concurso express, se procedería a solicitar un
concurso de acreedores voluntario ordinario, y éste será abreviado en caso de tener menos de 50 acreedores, si no se superan los 5 millones de euros en activos, ni 5 millones de euros en deudas. Esta modalidad de concurso se prolongará dependiendo de la cantidad de bienes y de la buena fe del deudor.